Historia

Educarnos en Colegios Católicos Benedictinos fue una privilegiada bendición de vida. No olvidamos las raíces de nuestra educación al recordar a nuestras queridas religiosas y sacerdotes norteamericanos, que llegaron a nuestro país en el año de 1947 con la ilusión de educar y formar en la fe Católica a niñas y niños mexicanos que se convertirían con el paso de los años en un gran número de magníficos profesionistas y ejemplares madres y padres de familia. La mirada de estos religiosos estuvo puesta en el compromiso de cumplir con la voluntad de Dios y de Su Madre Santísima, pues la Virgen les había solicitado que vinieran a estas tierras.

 

Recordando algunos de ellos mencionamos al Padre Burton Blooms con su sonrisa franca y alegre que cautivaba a cualquiera, pionero en pisar tierras mexicanas; al Padre Rafael Haller, ¿quién puede olvidar a este hombre humilde y maravilloso profesor?; así como al director del Colegio el Padre Plácido Reitmeier, quien fuera posteriormente el Abad del Monasterio Benedictino, hombre inteligente de gran personalidad e incansable sacerdote que legó a México obras maravillosas como el Episcopado Mexicano, el Intercambio Internacional de Estudiantes, el Seminario Interdiocesano, etc.

 

Mother Mildred, toda una institución para las Monjas Benedictinas, mujer Guadalupana, alma mater de muchísimas niñas educadas en un ambiente de paz y en el amor a Dios y la Virgen.

 

El Centro Escolar del Tepeyac nace en nuestro matrimonio como un hijo más, en el apoyo de estas raíces, siguiendo las huellas de nuestra educación... una educación Benedictina.

 

La misión del colegio es educar a los alumnos en el amor a Dios, en un alto nivel académico con bases morales y espirituales para hacer de ellos hombres y mujeres de bien comprometidos en la construcción de un mundo donde reine la paz, la justicia y el amor.

 

"Ir siempre en pos de la EXCELENCIA"
C.P. Carlos Herrera Álvarez de la Reguera y
Graciela Amezcua de Herrera